El encanto de la mujer madura, radica en que por
su transitar por la vida... lloró, sufrió, rió, alegró,
contuvo,
acarició, besó, se entregó, dio, consoló, aconsejó,
ayudó, levantó autoestimas lastimadas, curó depresiones, pero, se
equivocó y aprendió. Afortunados los que son amados por una mujer con esas cualidades, aptitudes, capacidades y valores porque aprendieron el
valor de la felicidad.
(Amor y sensualidad, FB, 18/4/2014)
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